Crónica del partido de rugby en el campo de Yuncos, entre Sancho Panzas Rugby Club y XV Hortaleza Añejos Rugby Club, acaecido a las 18 horas del 23 de abril del año 2022, sábado según el calendario gregoriano por el cual nos regimos.
Como la fecha indica fue un día primaveral en regla, con su lluvia, con su aire, con su frío fresco, con su lluvia otra vez, con su sol y así un continuo cambiar de clima que, llegando la hora del partido y en el centro de la meseta castellana, no sabríamos que nos tocaría.
Los Añejos solemos concentrarnos una hora antes del encuentro en el terreno donde se juegue, pero esta vez un acontecimiento cambió el sitio y la hora: a las 15:00 en el campo principal de Orcasitas para animar y dar calor al equipo Sub14 del XV Hortaleza, que jugaba la final de oro de su categoría. Los futuros Añejos lo dieron todo, así que esperemos que esta no sea nada más que una nueva final que han jugado y jugarán muchas más. Un aplauso desde la grada por ellos… pero me disperso, al lío:
Nos concentramos un numeroso grupo de Añejos en Orcasitas y después de comentar varios detalles sin importancia de la anterior visita al campo de Yuncos, como recordar aquel saque de touch del Abuelo, la pequeña lesión de Moja, el palé de Budwaiser, la panzada a comer panceta que nos dimos o el “¿Dónde estará la bicicleta de Normando?”, preparamos el viaje y a las 17:00 ya estábamos en el campo.
Avatar, Mito, JJ (Abracitos), Quique, Clinton, López, Trooper, Candyman, Meñique, Aliaga, Ticher, Peti, Chino, Donaire, Borrascas, Abuelo, Geppeto, Presi, Maño, Hot Dog, Cuadrado (Bale), Ayerdi, Boy, Ñigo, Irra, Tsunami y Uru, se vistieron y estrenaron la nueva equipación oficial del club. Las rayitas torcidas ni adelgazan ni engordan y a alguno le trajo recuerdos antiguos del Canal-Plus… También estaba el grupo de seguidoras como Pi, Sil, Arant, Ele, además de Miguelín, Cuadradín 1º y 2º y, por supuesto, la troupe Marabunta.
El cielo decidió que esa tarde haría sol con un ligero viento y los Añejos decidieron que para un día que estábamos de campo, cambiarse al aire libre sería más sano que cualquier vestuario. Un poco de calentamiento para fortalecer los tobillos y los hombros, las últimas instrucciones de Míster Ñigo y empezamos el partido. Dos tiempos de 30 minutos.
El capi Peti, salió vencedor del sorteo y eligió para el primer tiempo el viento a favor y el sol en contra y aprovechamos esa ventaja. El saque inicial a cargo de los Sanchos fue recibido por Clinton y a partir de ahí, nos pusimos a trabajar en su campo.
Salía más o menos bien el juego ensayado de familias de delanteros y rápidos despliegues a la línea. Poco a poco se llegaba a 22, y de ahí a 5 metros. Lo que no hacíamos en mucho tiempo ese día pasó: los alas tocaron oval y se hartaron de jugar, introducirse, ser parados y vuelta el balón a delantera para inmediatamente llegar al otro ala y así llego el primer ensayo ya muy cerca de la línea de marca, en que Borrascas con su habilidad y velocidad se metió para adentro. A este ensayo se le sumó otro rápido de Candyman jugando de carrilero y así aguantamos 20 minutos. Los Sanchos recuperaban muchas veces el balón, pero la estrechez del campo permitió que tuviéramos las líneas más juntas y esta vez se placó; pocas veces subieron hasta nuestra 22. El subir es literal, ya que hay una ligerísima cuesta hacia la H oeste.
Teníamos claro que dos ensayos por delante en la segunda parte no era una renta suficiente ya que el cambio de campo nos haría sufrir y en estas llego el tercer ensayo, en una jugada hábil en delantera de Peti que le puso el oval a Irra para que se estrenara con el equipo. 0 a 15 y llegó el descanso.
Todos muy contentos por lo bien que lo estábamos haciendo pero, qué bien nos sentaron los 4 gritos del Capi para darnos cuenta de que estábamos vendiendo la armadura del Sancho antes de cazarla, que íbamos por delante pero que no estábamos a tope, que teníamos que dar más, que nos relajábamos y que en el rugby hay que darlo todo y el todo es hasta el final.
Se empezó la segunda parte con saque de centro a nuestro favor y volvimos a coger el ritmo rápidamente, se notaron las palabras y todo el equipo atacó y defendió en toda su plenitud. Se movía la pelota, se placaba, se llegaba a los apoyos e incluso salieron moles. Los cambios eran rápidos y no daban tiempo a un sufrimiento por cansancio. Y así se vieron preciosas jugadas entre nuestros tres cuartos que se permitieron esos lujos que tienen nombres raros y se hicieron nuevos ensayos: dos más de Borrascas, y Candyman, Avatar, Tsunami y Chino uno cada uno; para estos dos últimos además estreno en Añejos. Un buen partido y Míster Ñigo contento porque nos parecemos más a “Irlanda”.
Los Sancho Panza, acusaron mucho el desgaste físico por ser poca gente y que muchos de ellos eran novatos en las lides del rugby con algún estreno en el juego, pero su nobleza y sus ganas fueron por delante, y sobre todo en los últimos envites del partido que sacaron toda la fuerza que les quedaba y nos atacaron de lo lindo, metiéndonos durante buen rato en nuestra línea de marca a defender. Aunque como ya he dicho anteriormente, se placó, se llegó a los rucks y pudimos hacernos con ovales que propiciaron contrataques como el de Ñigo que salió de nuestra línea de cinco y se vio solo corriendo todo el campo, sin que nadie le consiguiera placar hasta su línea de 40 o más allá, sus palabras textuales fueron “este campo es más largo que el de Oliver y Benji”.
Destacaría la vuelta del Uru a los terrenos de juego después de casi 3 años en que no veíamos su tripa galopar pero sigue con sus buenas maneras de lindo, Hot Dog contento por aguantar bien sus dolores, Geppeto cabreado por llevar pantalón rojo que mucha veces ni se acordaba de ello y se embalaba para percutir y claramente no puede faltar el carrerón de Candyman, cuando pilló el ovalado, él solo en un lateral del campo y a una velocidad endiablada, sorteando a todo aquel que estaba cerca, llego exactamente a la misma altura de donde salió pero en la otra línea de touch. Apoteósico.
Las notas agridulces de la jornada fueron el pateo en 22 de Boy “Premio Maraca del Partido” y la típica y ya tradicional lesión de Bale a la que estamos acostumbrados (nos faltó la amarilla de Candy y las quejas de Cospe de que le dejamos solo en el ala).
Después de la ducha reparadora y de JJ demostrando que además de placar sabe barrer, pasamos a un divertido y suculento Tercer Tiempo en el mismo terreno de juego. Esta vez no pudo ser la parrillada debido al tiempo cambiante que hacía y Pilongo nos preparó una buena judiada, aunque yo destaco que trajera bollería de la comarca de postre. Aquí hago un inciso para reclamar POSTRE en los Terceros Tiempos, que no solo de macarrones, costillas y judías vivimos los pilieres, copón ya.
Cánticos y cantigas rugbísticas, siendo bautizados los tres ensayadores nuevos (Irra, Tsunami y Chino) y que alegría cuando el equipo contrario se anima a cantar y a bailar. Pasamos un buen rato, hasta que… tocó irse a otro sitio con techo y tomar otros brebajes, pero eso ya sabéis que esa parte no entra en las crónicas.
La señora árbitra, fenomenal. Como curiosidad quiero destacar que pitó un par de veces la “no retirada del placador” hasta que se dio cuenta de que éramos veteranos y que íbamos a otro ritmo. Y por si alguno se lo pregunta, este modesto cronista. que jugó de talona, no perdió ninguna touch; tampoco sacó ninguna así que todos contentos.
Doy por concluida mi narración de los hechos sucedidos, sin nada más que añadir, ya porque no tenga memoria o porque es mejor callarlo.
¡Aúpa XV!
Mito