NAVAFRIA
El ciego sol se estrella
en las duras aristas de la cancha,
llaga de luz camisetas y bucales
y flamea en los tacos, aluminio, aun sin mancha.
El ciego sol, la sed y la fatiga
por la terrible sierra, fría en la mañana.
Al encuentro, con veinticinco de los suyos
-Rugby, sudor y birra- el XV cabalga.
Cerrado queda Piceas, a piedra y lodo.
Nadie responde ya… al silbato cuando llama.
Los Añejos a otros campos han partido.
¡Quema en Hortaleza el sol, el aire abrasa!
Ha vacía, la cueva del Dragón.
¡Que nadie se quede en casa!
Preguntan en la oficina: ¿Do van?
Raquel responde, muy débil, y muy blanca
toda ojos llorosos, desde el umbral
“Marchan a Moralzarzal,
van a su día del Club”, sábado catorce, aclara.
A las dos de la tarde, con la fresca, se oye guasa.
“!Añejos del XV, pasad¡. Hay cerveza hasta la muerte,
Barbacoa, buenas brasas
que sembraremos de carne, tras la lucha en cada suerte
esperemos, en ambas huestes, no contemos muchas bajas…
Idos. Después en paz, Navafria se alegra, XV, de verte…
¡En nuestro día grande, oh XV, paséis buena tarde”
Calla al final del día el XV, y llora sin gemido…
Un sollozo infantil cruza la escuadra
de feroces guerreros, todo muy breve, ha parecido.
En la espera de otra contienda,
fían su suerte estos veinticinco,
En la melancolía del entrenamiento se anda, cuando…
…una voz inflexible grita: ¡EN MARCHA!
El ciego sol, la sed y la fatiga…
Por la terrible Hortaleza, ruge el Dragón.
Al encuentro, con veinticinco de los suyos
-Rugby, sudor y birra- el XV cabalga.
Adaptación libre del poema “Castilla” de Manuel Machado.
¡Aúpa XV! Kopito