Crónicas desde Pandora: El Idus de Marzo Rugbístico: Tercio Viejo y Añejos, Choque de Titanes en el UA X

Mar 19, 2025 | Añejos (+35), ÚLTIMAS NOTICIAS, Uncategorized

Hacía muchas lunas que no cogía el shuttle desde mi natal Pandora, para luchar con mis dragones, … la ocasión de medirnos con unos viejos amigos Tercio Viejo….

Y qué mejor momento que cuando el calendario marcó el sábado 15 de marzo, una fecha que resonaba con ecos históricos: ¡el mismísimo Idus de Marzo! Eso sí, en un campo que casi me pillaba más cerca de Pandora que de la cueva del dragón, … escondido en los confines del mundo, el de la UA X, terreno de juego en el dos ejércitos de veteranos se preparaban para la batalla: el Tercio Viejo de Majadahonda y los Añejos del XV Hortaleza.

El día, gélido y gris, amenazaba con calar hasta los huesos, pero la pasión por el rugby ardía con fuerza en los corazones de todos. El campo, alejado, en medio de la nada, a los pies de una sierra nevada, ofrecía un escenario austero pero auténtico, donde solo importaba el balón oval y el espíritu de equipo.

Desde el primer momento, con la recepción y bienvenida por parte de Muñeco, se palpaba una atmósfera de amistad y respeto mutuo. Abrazos, palmadas en la espalda y risas con viejos conocidos de mil batallas. El Tercio Viejo apareció con su nutrida tropa, exhibía una mezcla inquietante: veteranos jóvenes, algunos con el aroma a césped fresco de la liga federada aún en las botas, y veteranos más curtidos, con la sabiduría y la experiencia grabadas en cada cicatriz. Los Añejos, por su parte, llegábamos con un contingente más justo, pero con la ilusión de tener la oportunidad de darlo todo en el campo. En esta ocasión, a los que ya hemos pasado nuestras escamas por algunos campos, se unían otros, más nobeles, recién llegados a estas lides, debutaban con la ilusión de un niño, y que demostrarían durante el partido de qué están hechos, que tienen madera de rugbiers de verdad y que darán la cara en más enfrentamientos.

El pitido inicial del árbitro desató la contienda. El Tercio Viejo, con su mayor frescura y velocidad, salió a morder, imponiendo un ritmo alto al partido. Los Añejos, quizás algo fríos al principio, tardamos en encontrar nuestro sitio en el campo. Los locales, aprovechando su dominio territorial, abrieron el marcador con dos ensayos consecutivos. El primero, una jugada de manual, con una apertura rápida a la banda derecha y una carrera imparable del ala, que rompió la línea defensiva con una potencia que reflejaba la juventud y la habilidad de sus filas. El segundo, una ruptura de la línea de tres cuartos, con un pase preciso que dejó al centro solo ante la línea de ensayo, tras un placaje fallido de un añejo que todavía está mirando qué pegatina le falta de la colección.

Los Añejos no nos vinimos abajo. Con el orgullo herido, reaccionamos con un ensayo que recordaba los de otras temporadas pasadas. Un servidor, Avatar, al que todavía las piernas le respetan, recogió un balón suelto en el centro del campo, y dándolo todo, dejó atrás a las líneas terciarias y se plantó en línea de 5. No por generosidad, sino por las más que consabidas reglas de veteranos, buscó apoyo econtrándolo en JJ quien recibió y ensayó a placer, posando el balón bajo palos. ¡Reivindicación de los Hortalinos!

El Tercio Viejo no tardó en responder. Dos nuevos ensayos volvieron a poner distancia en el marcador, uno nuevamente por la derecha a la que le habían cogido la media y otro por el centro, posando bajo palos, tras romper la defensa desajustada de la línea de tres cuartos. Los placajes de ambos equipos se sucedían con una intensidad que al menos a algunos nos parecía más propia de categoría senior, con golpes (y quejidos) que resonaban en todo el campo. El cansancio no se notaba en los Añejos, la adrenalina y ganas se retroalimentaban.

El descanso llegó como un respiro necesario. En el corro de los Añejos, los capitanes Cejas y Juancho y el entrenador Elías, animaron y motivaron al equipo, reforzando y reanimando a los dragones.

Y la segunda parte fue de los mejores momentos de las últimas temporadas (Cejas lo comparaba con el último partido del Egorf contra Provincias Argentinas, creo que exagera).

Los Añejos salimos al campo transformados, con una actitud arrolladora. Presionamos en defensa, atacamos con decisión y juego vistoso (en ausencia de nuestros aperturas de referencia me puse el mono de director de orquesta de la línea y … qué tíos más grandes), encerramos al Tercio Viejo en su propio campo durante casi todo el segundo tiempo.

Los placajes de los Añejos, cada vez más contundentes, frenaban los intentos de ruptura del Tercio Viejo. En ataque, los visitantes desplegamos un juego de fases elaborado y efectivo, con una serie de intentos de creación de mauls. Pero, la defensa del Tercio Viejo, aunque sometida a una gran presión, logró desbaratar la mayoría de estos mauls, que no tuvieron la evolución esperada por los Añejos. La insistencia tuvo su recompensa: el árbitro señaló un ensayo de castigo a favor de los Añejos, fruto de alguna infracción del Tercio Viejo.

Los Añejos, con la adrenalina a flor de piel, queríamos más. Pedimos al árbitro alargar el partido 10 minutos adicionales, pero el tiempo, implacable, se agotó antes de que pudiéramos culminar la remontada. El Tercio Viejo, aliviado por el pitido final, reconoció que los Añejos les habían puesto contra las cuerdas y que, de haber durado más el partido, la victoria habría estado más disputada.

Pero el rugby es mucho más que un resultado. Es camaradería, respeto y amistad. Y el tercer tiempo fue la mejor prueba de ello. Los anfitriones del Tercio Viejo nos agasajaron con una generosidad desbordante, ofreciendo comida, bebida y un trato exquisito.

Y para poner la guinda al pastel, una jugada para el recuerdo: el despeje del «Busero», que envió el balón fuera del campo, pero no a la banda, sino directo a una portería de fútbol que estaba apoyada en el lateral del campo. La escena, surrealista y divertida, provocó las carcajadas de todos los presentes.

En definitiva, un partido de veteranos que trascendió lo deportivo. Un encuentro donde la pasión por el rugby, el espíritu de equipo y la amistad fueron los verdaderos protagonistas. Un día para recordar, un día que demuestra que el rugby es mucho más que un deporte, es una forma de vida.

Me vuelvo en el próximo shuttle para Pandora celebrando una extraordinaria jornada con mis dragones

Muchas gracias, tíos grandes, muchas gracias Añejos

Fernando San Martín – Avatar

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