Para cualquiera que haya probado alguna vez esta adicción que es el Rugby: Para los muy cafeteros, Rugbiers que se resisten a ser veteranos o veteranos que intentan ser Rugbiers. El momento ansiado hasta el siguiente… «sorbito más», puede hacerse muy largo si, por alguna razón extraña se sale como se entró al campo en el partido anterior. O, puede hacerse muy corto, si no se terminó tan bien, y no ha dado tiempo a fingir en casa que ya no duele nada (bendito ibuprofeno/cerveza). Sea como fuere, una vez en ese momento, quien haya conseguido de nuevo arrastrarse hasta el campo y meterse otra vez en la negra (cada vez más estrecha). Podrá intentar contar a quien quiera escucharle porqué lo hace. Lo intentará en casa, en el trabajo, en el tercer tiempo incluso. Pero en ningún caso conseguirá que nadie le entienda sin haber probado ese «sorbito más».
En uno de nuestros recientes «test» pasados, cuando cumplido el tiempo el Señor preguntó a los capitanes si se jugaba «un poco más». A la espera…impaciente, mi compañero descolgado al ala susurraba para Si: «venga vamos, un sorbito más». Creo que, si bien tarde, empiezo a entender un poco a que se refería, no merece la pena tratar de explicarlo. Pero tomo la palabra a este número uno, de los varios que aún corretean hoy entre los Añejos.
El sábado, tal vez un poco amargo, nos regalamos un «excelente sorbito más».
Acompañó la climatología de forma excepcional, y a la hora que los capitanes habían citado a la gente Añeja en Piceas, los que íbamos llegando, más andábamos como lagartos al sol que como Dragones en su cueva. Parecía que de Málaga se hubieran traído a Lorenzo consigo los Srs Bokerones. Pronto sentimos como la tarde se nublaría algo más para los de negro manteniendo los azulados su clima de playa, en el cielo azul y aún en el césped verde.
Se inició el encuentro con bajas importantes (realmente aún no se de ninguna que no lo sea), pero con 30 jugadores preparados para dar batalla a los «Pescaitos Malagueños» parecía que la cosa estaría, cuando menos, igualada y/o reñida. El plan de juego era claro y desde el departamento de Head Coach del Sr. Isaias se había diseñado un plan claro y musical que debía ser interpretado, siguiendo contundentemente el compás. Ese, ERA, el plan, pero ya desde los primeros acordes del baile, nuestra pareja nos propinó varios «pisotones» y perdimos por completo el ritmo sorprendiéndonos al poco de iniciada la melodía. El centro del campo del XV no conseguía mantener los pocos ovales que conquistaba, y la recuperación y salida de tres cuartos malagueña era rápida, bien organizada, y siempre con apoyos creando una tras otra, tras otra y otra vez, superioridades en cualquiera de las alas. Parafraseando a alguno de los ausentes, he de decir que: «salimos con una caraja de coj…» que se iba multiplicando al sonar de la melodía.
La línea de defensa al subir, era más sierra de Touch, o cuña, llegados a los tres cuartos, que linea. Y en los pasillos laterales: «a la hora de placar…» ya sabemos dónde nos vemos. En los primeros veinte minutos me pareció haber contado «solo» tres marcas rivales. Afortunadamente «J» decidió poner fin a la sangría inicial pitando el descanso, y con esta sensación terminó el primer acto.
Durante la pausa el Sr. Jeremías General Team Manager, hizo ver al grupo estos pequeños detalles que nos andaban lastrando en el juego y en el resultado del primer episodio. Y se diseñó un plan que incidiera más en el «pata pumba» por el centro y a reventar a sus delanteros que según nuestra sección de big data, parecían menos protagonistas que sus tres cuartos. A ver si por una de aquellas les podíamos pillar con el paso cambiado y rehacernos un poco.
En análisis posteriores de la contienda, se ha barajado seriamente como probable, el hecho de que los Bokerones contaran con departamento de contraespionaje infiltrado en nuestro banquillo. Pues por el centro y al «pata pumba», aunque la cosa mejoró notablemente, tampoco fuimos capaces de romper su línea, no pudimos mantener el balón más de dos o tres fases y en alguna recuperación con escapada de sus correcaminos, de nuevo nos hicieron alguna marca. A estas alturas yo ya no llevaba la cuenta. Así se llegó a la segunda parada. En cualquier caso, mejorando.
Para el tercer tiempo que se había pactado, tirando de la Implementation and Analysis Zacarías Area, se pulieron algunos detalles de la experiencia previa, y se vieron muchos y buenos envites de nuestros gordos. Se pisó con contundencia la 22 Andaluza poniendo a estos en aprietos, pero no fue suficiente para sacarnos la espinita de la marca del honor. Se tuvo que hacer en el tercer/cuarto tiempo, no dio para más.
En el apartado lesiones, por suerte por ambas partes, nada que sus protagonistas señalaran como serio. Un hombro que salió y volvió a su sitio, un par de contusiones, otro par, esta vez de brechas bien zurcidas y lo más grave, un arañazo en una rodilla que esperemos no se fisure, curasana… hoy no nombraré a nadie más, porque como equipo, en el campo no se funcionó, y el Rugby no debe saber de individualidades, aunque las hubiera, que así fue.
En el tercer tiempo, como siempre, y con importantísimo apoyo de alguna Añeja, no se falló. Los Malagueños pasaron frio, pero solo por fuera. La Rugby Malaquías Orquesta tenia (afortunadamente) el día cantarín y con (ahora sí) apoyos cortos y suficientes, se amenizó mucho la tarde noche.
Si bien para cualquiera que no acudiera al campo este sábado, esta narración pudiera parecer la de una seria derrota. Nada más lejos de la realidad. Fue una derrota, fue una derrota clara, pero no fue una derrota seria. Fue en un ambiente excelente, con un rival superior este sábado con el que nos hemos citado para demostrarles que nuestra Game Azarías Creation Section, es capaz de revertir a esta panda y este resultado en su tierra, y después irnos a comer unos espetos a la playa tan ricamente.
Gracias y perdón Elías. por lo que nos das y lo que este sábado te hemos devuelto.
Finalmente, y después de darle muchas vueltas, he decidido comentar que antes de este partido, en nuestro vestuario, alguien con un corazón gigante, nos repartió a los Añejos pequeños pedacitos de otro corazón igual de grande que también le pertenece. No diré más, porque hay cosas que no se pueden (ni quiero) explicar.
GRACIAS PILONGO. MUY GRANDE.
AUPA XV.
Oscar Aliaga, Copito.