El pasado fin de semana, el campo de rugby XVHortaleza se llenó de energía y rugbiers con la celebración del Triangular Sub 16, donde más de 100 jóvenes jugadores de los clubes XV Hortaleza, Liceo, CRC y Rivas se enfrentaron en un torneo lleno de intensidad y pasión. Desde el primer pitido, los equipos demostraron sus habilidades en el campo, con estrategias bien definidas, placajes contundentes, carreras veloces y ensayos espectaculares que mantuvieron a la afición al borde de sus asientos. Esas familias que son tan fundamentales.
La deportividad fue la gran protagonista del día. Cada partido se jugó con un espíritu de respeto y camaradería, donde los jugadores no solo competían por la victoria, sino también por el honor de representar a sus clubes. Las tácticas de equipo, con jugadas coordinadas que mostraban comienzos de temporada de entrenamiento prometedor y dedicación. Los placajes fueron duros, pero siempre dentro de los límites del juego limpio, y las carreras hacia la línea de ensayo fueron un espectáculo de velocidad y agilidad.
No podemos dejar de destacar la fortaleza y el compromiso de estos jóvenes deportistas. Cada uno de ellos dio lo mejor de sí mismo en el campo, enfrentándose a sus rivales con valentía y determinación.
Especial mención a la unión XVHortaleza y Rivas con una temporada que promete. Además, la gratitud hacia los entrenadores, el staff deportivo, los delegados y los voluntarios es inmensa. Sin su dedicación y esfuerzo, este torneo no habría sido posible. Su trabajo detrás de escena, asegurando que todo funcionara a la perfección, fue fundamental para el éxito del evento.
Finalmente, un agradecimiento especial a la afición del rugby, que con su apoyo incondicional y su buen hacer en el campo, creó un ambiente inigualable. Los aplausos, los cánticos de las Khaleesis y el aliento constante fueron una fuente de motivación para los jugadores, recordándonos a todos por qué el rugby es un deporte tan especial. Este Triangular Sub 16 no solo fue una competencia, sino una celebración del espíritu del rugby y de la comunidad que lo rodea. Terminamos con un buen bocata de nuestro amigo Raúl de Jamonalia ¡Hasta la próxima, y que siga rodando el balón ovalado!
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